martes, 30 de septiembre de 2014

lunes, 29 de septiembre de 2014

Un potencial Increíble

(1 Pedro 1:6- 7)
La biblia dice que en dos ocasiones diferentes satanás pidió permiso al Señor para probar a un creyente (Job 1.6-12; Lc 22.31-34). En ambas, Dios estuvo de acuerdo. El diablo hizo todo lo posible por destruir la fe, primero de Job, y más tarde de Pedro, pero fracasó ambas veces.
¿Cree usted que Cristo y satanás han hablado alguna vez de usted? Pienso que la mayoría de personas son demasiado humildes para suponer que esa conversación haya tenido lugar. Así que, déjeme hacerle la pregunta de otra forma. ¿Está su vida teniendo un impacto del que vale la pena hablar? yo tuve que hacerme esta pregunta: ¿Estoy sirviendo a Dios lo suficiente como para que satanás se sienta amenazado? Los pastores y los misioneros no son las únicas personas que ponen nervioso al enemigo.
Cualquier creyente que esté decidido a obedecer al Señor, es una amenaza para el diablo, especialmente cuando comparte el evangelio. Dios le llama a usted para que hable de Él a ciertas personas, porque tiene el conocimiento, el testimonio o la personalidad para llegar a ellas. Por temer que el no creyente pueda elegir la salvación por el testimonio de usted, satanás le dará muchas oportunidades de fracasar. Espera que usted se desanime bastante, para no seguir sirviendo al Señor. Lo que más gustaría al enemigo es frustrar el plan de Dios para la vida de los creyentes socavando su fe.
Por ser así, debe sorprendernos la frecuencia con que nuestros nombres son discutidos entre Jesús y satanás. Aunque pueda pensar que no es importante, Dios conoce el valor que usted tiene. Amigo, como creyente lleno del Espíritu, usted tiene un potencial increíble para servir al reino de Dios. Satanás ve eso, y tratará de hacerlo tropezar. Amigo, como creyente lleno del Espíritu, usted tiene un potencial increíble para servir al reino de Dios.

Tomado de  Encuentro con Jesús  --  Oneplace.com 

domingo, 28 de septiembre de 2014

SIN VESTIDO DE BODAS (Mat 21:11-14)

Muchas veces citamos las maravillosas palabras de 2 Crónicas 16:9:"... Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él".

 Sin embargo, muchas veces olvidamos que también puede suceder lo contrario: Los ojos de Jehová también descubren a aquellos quienes no le sirven de corazón. No estoy pensando precisamente en incrédulos o impíos, sino en personas que dicen ser cristianas, se comportan como si lo fueran, pero, aún así, no caminan con el Señor.
¡Cuidado, no sea que nos falte el vestido de bodas!   
Cuando entró el "rey" y observó con más detención a los "convidados" sucedió aquello trágico que hace tan tremendamente seria nuestra parábola pues continúa diciendo: 
"... y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda" (Mateo 22:11).
Como todos los demás invitados, este hombre también había sido convidado para participar de la fiesta de bodas del hijo del rey. El había aceptado la invitación, entró por la puerta, se dirigió al salón de fiestas y se sentó, o bien se tendió, junto a una de las mesas servidas (como era costumbre en oriente). Pero éste se diferenciaba de los demás invitados en un punto esencial, "no estaba vestido de boda". Esto pronto resultó ser un problema cuando el rey pasó por entre los invitados y descubrió a aquel que no estaba vestido de boda. ¡Ahora fue descubierto! 
Esta persona que no estaba vestida de bodas representa simbólicamente a los "simpatizantes" o "cristianos nominales" en la Iglesia del Señor, los cuales nunca se han convertido verdaderamente, por lo cual tampoco han experimentado un nuevo nacimiento. El apóstol Juan dice en cuanto a éstos: "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros". (1 Juan 2:19) 
Si estas personas no se convierten verdaderamente mientras aún haya tiempo, caerán bajo el mismo juicio que aquel sin vestido de bodas: Dice la palabra: "atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes"

Autor: Marcel Malgo

jueves, 25 de septiembre de 2014

Diferencia Entre Recibir El Espíritu Santo Y Ser Bautizado Por El

“Vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días” (Hechos 1:5). Así que, ¿cuál es la diferencia entre recibir al Espíritu Santo y ser bautizados con el Espíritu Santo?  Si has reconocido a Jesús como tu Salvador, la presencia del Espíritu en tu vida, como una marca  que te identifica, es un hecho irrefutable; habitando y poseyendo nuestros espíritus, Él participa en todo tipo de limpieza de la casa: los áticos, los  sótanos y los cobertizos de nuestras mentes, las voluntades, las emociones y los comportamientos. El Espíritu Santo nos ayuda a captar verdades espirituales. Sin Él, no se tiene ninguna relación con el Señor.
 Esto puede sonar un poco redundante a lo que ya se ha dicho, pero nunca
es suficiente seguir enfatizándolo. El Espíritu Santo vive dentro del espíritu de cada creyente. Jesús les dijo a Sus seguidores:
“Recibid el Espíritu Santo (Juan 20:22), y ellos lo hicieron. Pero varias semanas después, Él les anunció a esos mismos discípulos: “y así sucedió en el día que ahora conocemos como Pentecostés, cuando en forma manifiesta les fue conferido poder mediante el Espíritu Santo en el  aposento alto”. (Hechos 2:1-4).
  En este ejemplo sencillo podemos ver que una cosa es recibir al Espíritu en tu vida y otra es ser bautizados en Él. Mientras que los dos acontecimientos pueden ocurrir simultáneamente, y con frecuencia así sucede, no son idénticos, como podemos ver en algunos ejemplos de la vida de la iglesia primitiva. La presencia del Espíritu te da vida (espiritual). El bautismo con el Espíritu te da poder (espiritual) milagroso, no-disponible-de-otra-manera para que puedas compartir esa vida con otros. Por esta razón, Jesús les dijo a Sus discípulos que llevaran el evangelio a todo el mundo, pero sólo hasta después de recibir “poder [milagroso]” al ser “bautizados con el Espíritu Santo” (Hechos 1:5, 8).Aunque no es una comparación exacta, es un poquito como la diferencia entre lo que el Señor quiere hacer en ti, y lo que quiere hacer a través de ti.
 El Espíritu Santo en la vida de un creyente es como tener un pozo de agua en su propiedad.  Ser bautizado con el Espíritu es como tener una bomba de agua potente en ese pozo o que debido a algún movimiento telúrico del manto acuífero del subsuelo, repentinamente salieran chorros de agua del pozo convirtiéndolo en un géiser, permitiéndole a la persona irrigar mucho más hectáreas de cosechas. O piensa en la diferencia entre el aire y el viento. No podrías vivir sin aire y no podría haber viento sin aire, pero el viento es una actividad y fuerza adicional mediante la cual el aire es puesto en movimiento para mover otras cosas. El Señor quiere que seamos más que vivificados en Su Espíritu; Él anhela que experimentemos Su Espíritu como un viento poderoso y recio (no solo una presencia) moviéndonos para impactar poderosamente la vida a nuestro alrededor Hoy…El Espíritu Santo no solo quiere vivir en mí, sino que me quiere bautizar con su poder.

Dr. Daniel A. Brown. 

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Insiste hasta que te responda

CVCLAVOZ ¿Creen ustedes que Dios no defenderá a las personas que él eligió, y que día y noche le piden ayuda? ¿Creen que tardará él en responderles? ¡Claro que no, sino que les responderá de inmediato!    Lucas 18:7-8

En la Biblia tenemos dos claros ejemplos de personas que insistieron hasta obtener lo que necesitan:
-La primera es una viuda que siempre buscaba al juez de la ciudad donde vivía y le pedía que le haga justicia en la corte. Al principio, él no quería atenderla pero gracias a la su persistencia, la ayudó, para evitar que lo siga molestando.
-El segundo, es un hombre que a medianoche, va a la casa de un vecino y le pide prestado tres panes porque un amigo, había llegado de viaje y él no tenía nada que ofrecerle. Por la importunidad del vecino, el hombre terminaría dándole lo que necesitaba.
Al leer estos dos pasajes me pregunté lo siguiente: ¿Si Dios mora en nosotros, por qué seguimos igual en determinadas áreas de nuestra vida? La única respuesta que encuentro es que nosotros estamos haciendo algo mal. Posiblemente al no ver la respuesta de Dios en nuestro tiempo y conforme a nuestros planes, entró el desánimo y la duda en nuestro corazón y ahora solo oramos algunas veces, cuando nos acordamos de esa petición o cuando tenemos problemas.
La Palabra de Dios nos manda a orar sin cesar y en todo tiempo, no solo cuando Dios responde de inmediato sino también cuando su respuesta tarda e incluso cuando su respuesta es “No”.
Debemos orar cada día sin desmayar, ser constantes, perseverantes e insistentes, no darnos por vencidos en ningún momento. Necesitamos tener disciplina al orar.
Otro punto importante es que debemos empezar a pedir también por los demás, no solo enfocarnos en nuestras necesidades, sino pedir por la salvación de otras personas en todo el mundo. Debemos pasar de la oración a la intercesión, de eso modo Dios nos enseñará a clamar y a pedir por los motivos que están en su corazón.
Si tu oración es la misma todos días, quizás sea un buen momento para un cambio. Esto es comenzar a pedirle a Dios más amor, pasión, bondad, misericordia y compasión por el dolor ajeno. Piensa, quién en este momento, está necesitando de tus oraciones. Suplica especialmente por los que necesitan salvación para su vida. Hazlo cómo quisieras que clamaran por ti y verás como Dios va concediendo poco a poco los anhelos de tu corazón, aún sin que se los pidas porque Él te conoce y al interceder por otros demuestras tu total confianza y seguridad de todas tus necesidades en tu Padre Celestial.
No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios. Efesios 6:18
¡Quien deja de orar, deja de esperar!

  Brisna Bustamante  CVCLAVOZ

lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Recibir en vano la Gracia?

No hay duda de que la iglesia de Corinto fue uno de los dolores de cabeza más grandes para el Apóstol Pablo, y es que eran tantos los problemas de esa congregación que el Apóstol se vio en la necesidad de escribirles tres cartas, de las cuales conocemos solo dos (1 y 2 Corintios) quedando una tercera velada para nosotros la cual es posible que fuera la primera que el Apóstol escribió con contenido doctrinal; en 1 Corintios 5:9-11 el Apóstol les recuerda acerca de algo que ya les había escrito en esa carta. Ahora bien ¿Por qué se pierde un documento como ese? Muchas podrían ser las respuestas y la mejor es la que Dios nos daría, pero, si El guarda silencio con respecto a esa carta… por algo será; así que mejor nos quedamos tranquilos.
Llama la atención una afirmación que hace el Apóstol en su segunda carta, el les escribe: “… os exhortamos también que no recibáis en vano la gracia de Dios”. 2 Corintios 6:1; pero, ¿por que les dice esto? ¿Acaso puede una persona recibir el regalo del Evangelio como algo vació? ; Mi experiencia y la de muchos es que cuando recibieron el regalo de Dios, la alegría y el gozo no les cabía dentro de sí, no podían entender como Dios pudo ser tan misericordioso al darles tan invalorable regalo. Pero ¿que paso luego? El tiempo comenzó a correr y en el caso de los corintios comenzaron a escuchar todo tipo de enseñanzas de personas que no tenían la autoridad ni la verdad de Cristo, lo cual los llevó a errar de muchas maneras, a tal punto, que muchos querían vivir un evangelio de obras, vació sin conciencia del verdadero significado del sacrificio de Cristo en la cruz. Además muchos Vivían el día a día en la leche espiritual sin preocuparse por desarrollar su salvación, de manera que fueron salvos y se quedaron allí sentados y de brazos cruzados como si el sacrificio del Señor fuera de poco valor.
Estimados hermanos la salvación es un regalo que solo Dios puede dar, es tan invalorable que si quisiéramos comprarla nunca podríamos pagarla y nos perderíamos por no tener el recurso para pagarla, sin embargo El Dios Altísimo pone en nuestras manos este regalo tan valioso y depende de nosotros el sacarle provecho, o nos preparamos desarrollamos y nos multiplicamos o nos sentamos de brazos cruzados a perder el tiempo con el regalo guardado, no olvidemos que la segunda opción nos podría traer muchos problemas puesto que tendremos que dar cuenta por lo que dejamos de hacer con tan grande recurso, no olvide “al que tiene le será dado y tendrá mas…” Mt 25:29 pero así como se le dará también se le exigirá, así que, no nos podemos quedar estáticos viendo y esperando que los demás hagan, tenemos que desarrollarnos, hay que leer analizar, poner en práctica, hay que orar y pedir sabiduría, dirección, hay que estudiar y compartir, además hay que ayudar a otros a desarrollarse y conocer doctrina; tenemos el recurso, tenemos la revelación escrita de Dios y tenemos el Espíritu Santo el cual nos dirige y nos guía a toda verdad; el mismo Apóstol Pablo nos dice: “… Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”1 Cor 2:16   tenemos la capacidad de entender y conocer el pensamiento de nuestro Dios puesto que ha sido plasmado en las escrituras. Como vera, después de lo antes expuesto, no hay excusa para no desarrollar nuestra salvación, no hay excusa para recibir en vano la gracia de Dios, mas bien debemos seguir el consejo del apóstol Pedro quien nos dice: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”. 1 Pedro 4:10. Así que, allí esta el consejo, como buenos administradores de tan valioso recurso; vamos a administrar bien lo que Dios nos entregó.  Toda la gloria, honra y honor sean para nuestro Dios, El Todopoderoso.

Oscar Molina.   

sábado, 20 de septiembre de 2014

Una Segunda Oportunidad

Dios le dio a Jonás una segunda oportunidad y vamos a ver como respondió Jonás esta vez. En el primer llamado Jonás decidió irse en una dirección opuesta a la que Dios le había dado; como consecuencia de su desobediencia Dios mando un pez muy grande el cual se lo trago después de haber sido lanzado al mar por los hombres que viajaban con él en el barco; sin embargo Jonás  se arrepiente, después de estar 3 días en el vientre del pez y Dios en su infinita misericordia le da una segunda oportunidad.
En Jonás 3:1 dice: “La palabra del Señor vino por segunda vez a Jonás: «Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclámale el mensaje que te voy a dar.” 

Noten la frase: vino por segunda vez, que gran oportunidad Dios le estaba brindando a Jonás otra vez!  Jonás había decidido correr de la presencia de Dios en rebelión. Dios lo escogió para que llevara su mensaje a una ciudad que necesitaba salvación.  Aunque Jonás no estaba muy contento de la tarea que Dios le había dado su corazón debe haber estado perplejo y lleno de gratitud cuando Dios le dio esta segunda oportunidad.
En la Biblia vemos que Dios es un Dios que se complace en darnos segundas oportunidades. Aunque nosotros en nuestra terquedad rechazamos su dirección El insiste en que lo oigamos.  Sara la esposa de Abraham a quien Él le había dado una promesa que iba a ser madre a pesar de su edad y de su infertilidad, se rió pero aun así ella sabía que nada era difícil para Dios.  Después de 10 años de esperar que la promesa se cumpliera Sara no pudo más y trajo a su sierva Agar para que fuera mujer de su esposo Abraham. La Biblia dice que de esta unión nació un hijo Ismael, él no era el hijo de la promesa que Dios había hecho.  A pesar de lo que Sara hizo Dios le dio una segunda oportunidad y leemos esto en Génesis 17:21  “Pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el hijo que te dará Sara de aquí a un año, por estos días.”

El apóstol Pedro también fue un recipiente de una segunda oportunidad. Habiendo negado a Jesús, el mismo Señor Jesús no solo lo perdona sino que le da otra oportunidad y nuevas responsabilidades como seguidor de Jesús.  Este es el Dios que tenemos el que se compadece de todos y conoce nuestras flaquezas y aun así habiéndonos rebelado nos llama otra vez a una estrecha e íntima relación con El.  La Biblia dice en 2 Pedro 3:9  “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
Dios ha sido paciente con todos nosotros sin que lo merezcamos pero Él nos ama y quiere que volvamos a Él. El busca a todos los que como Jonás decidimos tomar el camino contrario a lo que Él nos ha dicho, y nos busca y nos persigue hasta lograr que volvamos a Él.  Hay muchas formas que Dios utiliza para llamarnos a Él.  Muchas veces durante situaciones difíciles y desesperantes es donde decidimos mirar al cielo y buscarlo.  Cuando Dios  te está dando una segunda oportunidad agárrala y no la dejes ir! Lo que Él tiene para ti es  mucho mejor de lo que te imaginas.  Dios esta buscándote, no te escondas, no huyas como Jonás.  Regresa a Él, lo que Él tiene para ti supera cualquier otra cosa con lo que lo has reemplazado. Podemos concluir con una  porción que se encuentra en Isaías 55:6-7: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”

En cualquier condición en la que estés hoy día, si Dios te está extendiendo una segunda oportunidad, aprovéchala!

Autor: Desconocido.

viernes, 19 de septiembre de 2014

¿Cuáles eran las unidades de medida usadas en la biblia, el talmud y el Corán?

Los antiguos hebreos usaban los términos paso (como un
m.),
codo (el largo del antebrazo), palmo (el ancho de una mano, como la
mitad de un codo), y
un dedo (como un cuarto de un palmo). En Egipto se
usaba un sistema similar.
El codo común equivalía a unos 45 o 46 cm. Ezequiel menciona un codo
regular más un palmo menor
(<264005>Ezequiel 40:5; 43:13; cf. <140303>2 Crónicas
3:3), equivalente aprox. a unos 53 cm. El largo del túnel para agua de Ezequías
bajo Jerusalén está declarado en una inscripción en el túnel mismo, como 1.200
codos. De acuerdo a las mediciones más fidedignas, el túnel tiene 547 m. de
largo
. El largo de un codo así determinado es de 45 cm. Las excavaciones en
muchos edificios antiguos han proporcionado medidas asignando 45 o 46 cm.
al codo, o en cañas equivalentes a 6 de tales codos.
La caña, mayormente un instrumento para medir más que una unidad de
medida, tenía 6 codos de largo (<264005>Ezequiel 40:5).
La braza (el largo de un
brazo, <442728>Hechos 27:28), tenía casi 2 m.
En tiempos del AT la distancia se medía generalmente por la cantidad de
tiempo necesario para atravesarla (<013036>Génesis 30:36; 31:23). En el NT se
utilizaban estos términos:
estadio (<422413>Lucas 24:13; <430619>Juan 6:19), unos 189
m.;
milla (<400541>Mateo 5:41), unos 1.519 m. Hay algo de incertidumbre respecto
al
camino de un sábado. Parece que la distancia que uno podía caminar sin
quebrantar la ley del sábado, de acuerdo con aquella designación, era elástica.
Josefo la describe como 5 estadios en un lugar, y 6 en otro, haciéndola igual a
938 o 1.125 m. Esta es como la distancia de Jerusalén al monte de los Olivos
(<440112>Hechos 1:12). Las medidas de la tierra se indicaban en términos del área
que una yunta de bueyes podía arar en un día (<091414>1 Samuel 14:14, yugada en
<230510>Isaías 5:10), o la parte de un campo que podía sembrarse con cebada en
un día (<032716>Levítico 27:16).
El hin era un pote y el efa una cesta. El omer era
una gavilla y
el homer la carga de un asno. La palabra bato significa hija;
¿podría este cántaro ser el que la hija de uno llevaba a su casa desde el pozo
(<012415>Génesis 24:15)? La palabra
medida puede equivaler a coro (<421607>Lucas
16:7), o a
barril (16:6). La tinaja de <430206>Juan 2:6 contenía unos 40 litros.
El homer era la medida normal para áridos en el AT. Homer significa asno, y
por tanto la carga de un asno (208 litros). Es equivalente al coro.
El efa (unos
20 litros) es el equivalente árido de la medida líquida bato (<264510>Ezequiel
45:10).
El letek es mencionado sólo en <280302>Oseas 3:2 (ver nota en la RVA) y
su valor correcto es probablemente medio homer.
Las medidas para áridos en el NT son
el almud (<400515>Mateo 5:15), casi unos 9
litros; la medida (13 litros);
jarro (<410704>Marcos 7:4), 0,568 litros.
En <150269>Esdras 2:69 se halla probablemente la primera mención en la Biblia de
moneda acuñada (dracma). Durante la mayor parte de la época del AT, el
trueque (p. ej., <013027>Génesis 30:27-34; 31:8; <120301>2 Reyes 3:4) con valor
determinado por metal precioso pesado, era el medio de intercambio.
El siclo
en el AT no es una moneda, sino un peso (<260410>Ezequiel 4:10), y el verbo
shakal significa pesar, como en <243210>Jeremías 32:10. Se utilizaban balanzas
sencillas, p. ej., piedras de ciertos peso (siclos a menudo) para determinar el
peso de la plata o el oro involucrado en la transacción (cf. <201611>Proverbios
16:11).
Los babilonios tenían 60 siclos en su mina, pero de <023825>Éxodo 38:25, 26
parece ser que la mina de los hebreos consistía de sólo 50. Los 603.550
hombres pagaron medio siclo cada uno totalizando 100 talentos y 1.775 siclos;
esto significa que
el talento equivalía a 3.000 siclos. Ya que el talento equivalía
casi a 60 minas, la mina equivalía a 50 ciclos. Ezequiel usa un sistema distinto,
con 60 siclos por mina (45:12).
El beqa o medio siclo es el único peso mencionado en el AT y en los pesos
descubiertos, de los cuales se da la relación con el siclo (<023826>Éxodo 38:26).
Fuente(s):

Diccionario Mundo Hispano

jueves, 11 de septiembre de 2014

El tribunal de Cristo
 
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”.                      2 Corintios 5:10.
Se ha preguntado usted ¿por qué debo comparecer ante un tribunal si Cristo murió ya en mi lugar para librarme de la culpa?; El Dr. John MacArthur autor de la Biblia de estudio MacArthur (The MacArthur Study Bible) nos hace un interesante comentario acerca del tema, el cual vale la pena leer. El dice textualmente lo siguiente:
.-  Esto describe un elemento esencial en la motivación más profunda y la meta suprema del creyente que es agradar a Dios, puesto que todo cristiano debe rendirle cuentas al final de su vida.
.-  El tribunal de Cristo: “Tribunal” es una alusión metafórica al lugar en que el Señor se sentará a evaluar la vida de cada uno de los creyentes con el propósito de darles recompensas eternas…
.-  Lo que haya hecho… en el cuerpo: Acciones que tuvieron lugar durante la vida del creyente; (ojo) esto no incluye pecados porque el juicio de estos se ejecutó en la cruz de Cristo (Ef 1:7). Pablo se refería a todas las actividades que los creyentes realizan durante su vida  y que se relacionan con la recompensa y elogio eternos de parte de Dios. Ante sus ojos, todo lo que hagan los cristianos mientras vivan en su cuerpo temporal tendrá repercusiones para la eternidad.      (1 cor 4:5, Rom 12:1, Apoc 22:12).
.-  Sea bueno o sea malo: Estos términos griegos no se refieren a bueno o malo en sentido moral. Todo lo relacionado con el pecado ha quedado resuelto por completo con la muerte del salvador; más bien Pablo quería establecer una comparación entre las actividades de valor eterno y todas las que son triviales. Su punto no es que los creyentes deban abstenerse de ciertas cosas beneficiosas en la tierra, sino que deberían glorificar a Dios en ellas y gastar la mayor parte de sus energías y tiempo en lo que tenga valor para la eternidad (1 Cor 3:8-14); hasta aquí el comentario.
Pienso que es excelente el comentario del Dr. MacArthur, sin embargo, creo que hay que tener sumo cuidado y no entender mal dicho cementerio, pues, muchos podrían pensar que si lo del pecado quedo resuelto en la cruz, entonces ya no hay problema y podemos continuar nuestras vidas como queramos porque esa parte no será juzgada en el tribunal de Cristo; recordemos que no debemos abusar de la gracia, nunca olvidemos lo que el mismo Apóstol Pablo nos dice en Romanos 6:1-2  ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado ¿cómo viviremos aún en él?
Además el autor de Hebreos nos recuerda: “Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Heb 12:14)  y luego también el Apóstol Pablo nos dice en Filipenses 4:8-9  “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”.  De manera que bien vale la pena esforzarnos por agradar aquel que nos amó y entregó su vida para salvarnos de un desastroso final, sacrificio que nunca podríamos pagar, por tanto, ofrezcamos todo nuestro amor de forma sincera y todo nuestro empeño para servirle con lealtad. 
Bendiciones para todos.

Oscar Molina.

martes, 9 de septiembre de 2014

Obediencia-Obedecer

 Según el diccionario Larousse es << sumisión a un superior >> o << cumplir la voluntad de quien manda >>. El diccionario Bíblico editorial Caribe va un poco más allá y nos dice que los términos traducidos por “Obediencia”  son: en el antiguo testamento shama y en el nuevo testamento hipakoúo y eisakoúo, que denotan la acción de escuchar o prestar atención.
Otros términos en el nuevo testamento son: peítho (ser persuadido,  Rom 2:8) y peitharjéo (someterse a la autoridad,  Tit 3:1); Dios da a conocer su voluntad mediante su voz o su palabra escrita, y frente a ella no hay neutralidad posible; prestar atención humilde es obedecer, mientras desestimar la palabra de Dios es rebelarse o desobedecer.
Ahora bien, ¿Por qué a los seres humanos nos cuesta tanto someternos a la autoridad de nuestro Creador?, aún cuando creímos y entregamos nuestras vidas a Jesús, todavía hay secuelas de aquella rebeldía que una  vez hubo en nuestras vidas, cuando éramos dueño y señor de nuestra voluntad;  nos cuesta someternos cuando tomamos decisiones sin consultar a Dios y mas aún cuando al pensar en someternos no vemos muy claro el beneficio; nos cuesta someternos cuando Dios dice que ame a mis hermanos pero hay uno o algunos que no soportamos, o cuando aprendemos algo en las Escrituras pero cuando llega el momento de ponerlo en práctica no nos importa y actuamos como mejor nos parece, como quien no tiene temor de Dios; nos cuesta someternos cuando nos resistimos al cambio, no permitiendo al Espíritu Santo amoldar nuestras vidas para vivir como convertidos sin arrepentimiento y sin nada que nos diferencie de los incrédulos; que difícil es someterse a la autoridad divina, podríamos pensar que el hecho de ir a la iglesia, leer la biblia, cantar y orar es un signo de nuestra obediencia, pero obedecer a Dios va mas allá, es vivir en integridad, es hacer vivir la palabra de Dios en nosotros, es presentarse a Dios como obrero aprobado que no tiene de que avergonzarse y que usa bien la Palabra de verdad así como lo afirma el Apóstol Pablo en 2Tim 2:15; basta solo con analizar nuestra vida cotidiana al finalizar un día para darnos cuenta de cuantos pelones tuvimos ese día.
Luego de esta reflexión, que dicho sea de paso, toco profundamente mi corazón, pienso que el acto de sumisión es cuestión de decisión; cada uno de nosotros debe decidir que es lo que mejor nos conviene; nos apoyamos en nuestra propia prudencia que no nos beneficia en nada o nos sometemos ciegamente a la autoridad del Todopoderoso y sabio Dios, el cual sabrá recompensarnos aquí y allá también cuando estemos  en su presencia.
Dice la Escritura refiriéndose a Cristo lo siguiente: “Mas aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz.”   Filp 2:8;   el Apóstol Pedro nos dice: “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino, así como Aquel que os llamó es Santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: <<Sed santos, porque Yo soy Santo >>.”  1P 1:14, 15 y 16.
Creo que bien vale la pena obedecer, es lo que Dios espera de nosotros y es nuestro deber como hijos de Dios, lo cual tuvo un alto precio, quizás todavía hay muchas cosas que tienen que desaparecer de nuestras  vidas tales como vanidad, orgullo, prepotencia, altivez, susceptibilidad, etc.… Pero con la ayuda de nuestro Dios podemos salir adelante para vencer, El ve la intención y la disposición de nuestro corazón, no nos va a dejar solos en esto.

Oscar Molina.  

lunes, 8 de septiembre de 2014

La presente reflexión fue tomada de oneplace.com encuentro con Jesús; es bastante interesante, la recomiendo.
ENCUENTRO CON JESÚS

Nuestra relación con Cristo.
Romanos 8:31 al 34
 ¡Nuestra relación con Cristo…. Nadie nos la puede quitar!
Habrá momentos, a lo largo de la vida, en que nuestros pecados y fracasos nos harán pensar que Dios está decepcionado o enojado con nosotros. ¿Cómo puede Él amarme después de lo que hice? Si en realidad he sido perdonado, ¿por qué me siento tan culpable? En momentos así, necesitamos fijar nuestros ojos en la verdad de la Biblia, y hacer las preguntas que formula el apóstol Pablo en Romanos 8.
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros (verso 31)? Nuestro Padre celestial demostró su amor para con nosotros cuando entregó a su Hijo a la muerte para salvarnos. Sin la muerte expiatoria de Cristo a nuestro favor, sufriríamos la separación eterna de Dios.
¿Quién acusará a los escogidos de Dios (verso 33)? Ninguna acusación en contra nuestra podrá mantenerse, ya que en el momento que fuimos salvos el Señor nos justificó. Esto significa que fuimos declarados justos, aunque estamos todavía en nuestra condición de pecadores. Nadie puede revocar este hecho para hacernos culpables otra vez. Dudar de nuestra posición libre de culpa en Cristo, es como decir que su expiación no fue suficiente para sepultar nuestro pecado.
¿Quién es el que condenará (verso 34)? Aunque Satanás se enfurezca, la muerte y la resurrección de Jesús son la evidencia de que fuimos reconciliados con Dios. Cristo tomó nuestra condena y nos dio a cambio su justicia. Ahora Él está sentado a la diestra del Padre, intercediendo por nosotros.
Cuando tenga dudas acerca del amor y la fidelidad del Señor, recuerde que, la verdadera seguridad no se encuentra en nuestras buenas obras, sino en nuestra relación con Cristo, que nadie nos la puede quitar. Nuestra relación con Cristo, nadie nos la puede quitar
.

Tomado de : oneplace.com   Encuentro con Jesús.