domingo, 20 de julio de 2014

¿Errores y horrores?

¿Cometió un error alguna vez?  Si nos paramos en una plaza para hacer una encuesta utilizando solo esta pregunta, creo que el 100% contestará Si, esta es una tendencia de la cual los seres humanos nos ha costado librarnos. Hay errores que se pueden considerar muy graves, a tal punto, que su efecto podría alcanzar aún a nuestros seres queridos, hay errores que se pueden catalogar como de poca importancia, pero aún así, son errores y tarde o temprano sus efectos nos alcanzan. Son muchos los errores que se pueden enmendar o sea que los daños producidos se pueden subsanar o reparar, pero otros aún cuando se reparen dejan huellas profundas y amargas  lo que dejaría en una persona un sentido de culpabilidad que debe ser tratado de manera profesional.
Cuando una persona no conoce a Dios, no le ha entregado su vida, no ha aceptado a Jesús como su único y suficiente Salvador, le es mas factible caer en la tendencia del error, pues, él o ella no tienen la guía del Espíritu Santo. Ahora bien, quizás usted tenga en mente la misma pregunta que a continuación haré: ¿Por qué entonces los hijos de Dios, que tenemos la guía del Espíritu Santo del Altísimo y Todopoderoso Dios Viviente, cometemos errores y que  hasta muchas veces se convierten en irreparables? Alguno dirá ¡no lo puedo entender!, pero la verdad es que no es muy difícil de responder, en las Sagradas Escrituras conseguimos la respuesta a esta pregunta un sin número de veces; por ejemplo en Jeremías 7:23 Dios habla atreves del profeta lo siguiente: “Escuchad mi voz, y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien”.
 Alguno dirá esto no es para nosotros, porque se le dijo a un pueblo en lugar y un momento determinado, pero yo le animo a buscar una concordancia y revisar todos los versículos que tienen relación con la palabra << andar >> y se dará cuenta que el mensaje es el mismo; revise Ezequiel 29:19, revise también Salmo 119:1 y todos los versos que pueda encontrar en el nuevo testamento y le aseguro que <el mensaje para los hijos de Dios es el mismo>, ¿Qué significa esto entonces? Que nuestros errores son producto de no tener a Dios presente en los planes que hacemos, es mas, muchas veces comenzamos a orar después de haber puesto en práctica nuestros planes sin ni siquiera estar seguros de que eso era lo que Dios quería para nosotros, muchas veces tomamos decisiones apresuradas sin tomar en cuenta el consejo de Dios, otras veces tomamos decisiones producto de una reacción llena de orgullo o egoísmo y cuando nos arrepentimos es muy tarde, pues, ya hicimos el daño. Tenemos que abrir nuestros ojos espirituales para ver esta realidad que en una u otra forma nos afecta; Dios quiere lo mejor para sus hijos, tenemos que escucharlo, recordemos que una mala decisión de la primera pareja en el mundo afectó a toda la humanidad, una mala decisión de David cuando no debió haber hecho un censo costó muchas vidas, una mala decisión de salomón con respecto a sus esposas apartaron su corazón de Dios; y así vamos a conseguir un sin número de malos ejemplos  en la Biblia de algunos personajes que lamentablemente fallaron en un momento determinado de sus vidas, y todo producto de no tener a Dios presente a la hora de decidir o de poner en práctica un plan.
¿Que podemos hacer entonces?  Creo que hay que comenzar con un cambio de actitud, luego, creo que tenemos que doblar nuestras rodillas para pedir perdón por aquello que ya está hecho y pedir al Todopoderoso una completa dirección del Espíritu Santo, al 100%, y luego tratar de reparar lo que todavía esté a tiempo; tenemos que escuchar la voz de Dios, tenemos que dejarnos guiar por El, nadie nos dará un mejor consejo.

¿“Quien es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará el de bienestar y su descendencia heredará la tierra”        Salmo 25:12 y13.  Oscar Molina.

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