UNA NUEVA
NATURALEZA
1
Tesalonicenses 5:21-23
Cuando
ponemos nuestra fe en Cristo como nuestro Salvador, el Espíritu Santo viene a
morar en nosotros. Ese es el momento de la salvación, cuando nos convertimos en
nueva creación. Sin embargo, hasta que cese la vida en este cuerpo terrenal,
habrá guerra continua entre los nuevos y los viejos patrones de conducta.
Para
llevarnos a la victoria, el Señor puede permitir dificultades que nos causen
quebrantamiento. Su propósito es liberarnos de nuestra vieja “carne”, para que
podamos experimentar la plenitud de Cristo.
Analicemos
esta carne. Lo que sigue son indicadores de que el yo pecaminoso sigue con
vida: vanagloria, egocentrismo, obstinación, autodependencia y arrogancia.
Tales cosas están presentes en todas las personas en mayor o menor grado, pero
con el tiempo nuestro Padre celestial les pone fin.
En el
momento de la salvación, Dios nos da su naturaleza, cuya evidencia es el fruto
del Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza” (Gá 5:22, 23). Estas cualidades nos permiten amar y ser amados.
Pero, si estos atributos están ausentes, nunca podremos experimentar realmente
la vida como Dios quiso que fuera. El proceso de quebrantamiento y restauración
es desagradable, pero por el resultado final vale la pena el sufrimiento que
exige.
¿Qué
gobierna sus acciones, decisiones e ideas? ¿Son influenciadas básicamente por
el Espíritu Santo o por su carne? Se necesita valentía para mirar nuestro
corazón y notar su verdadera condición. Pídale a Dios que obre en su vida, para
que el Espíritu Santo pueda reinar en su vida.
Encuentro
con Jesús _ Oneplace.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario