EL PROCESO
DE SANTIFICACIÓN
Génesis 12:1-8
En el momento que confiamos en Jesús como
señor y salvador, entramos en una vida de fe. Es decir, vivimos con la
seguridad de que Dios es todo lo que Él dice ser, y que hará todo lo que
promete. La salvación es instantánea, pero se necesita toda una vida para
aprender y comprender lo que eso implica.
En cuanto somos salvos, Dios comienza el
proceso de santificación, enseñándonos a ser como Él. Es un proceso, ya que
toma tiempo aprender a andar por fe, confiando en lo que no podemos ver. Aun
cuando el Espíritu de Dios vive en nosotros, luchamos con nuestra
"carne". si bien deseamos hacer lo que Dios dice, y ver como Él ve,
debido a nuestra vieja naturaleza pecaminosa, flaqueamos y hacemos cosas con
nuestras propias fuerzas, de acuerdo con nuestro razonamiento. De manera que,
debemos cada día decidir seguir el camino de Dios. Una de las maneras más
importantes para madurar en la fe, es aprender a escuchar a nuestro Padre
celestial.
Puesto que hacerlo no es una tendencia
natural, es necesaria la autodisciplina. Lo mejor es fijar una hora específica
cada día para meditar en la Palabra de Dios. Espere con ansias que Jesús le
hable, y escuche lo que Él le diga. Escriba notas en su Biblia, asentando la
fecha y lo que el señor le ha inspirado. Después, aplique la verdad que ha
aprendido, y observe los resultados. Escuchar la voz de Dios y estar en armonía
con su Espíritu es vital para andar por fe. Pero estas cosas no ocurren por
casualidad, sino que exigen una resuelta persistencia.
Al igual que con el ejercicio físico, cuanto
más fortalecemos nuestros "músculos" espirituales, más se convertirá
el proceso en parte de lo que somos. Al igual que con el ejercicio físico,
cuanto más fortalecemos nuestros "músculos" espirituales, más se
convertirá el proceso en parte de lo que somos.
Encuentro
con Jesús – Oneplace.com
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