¡Cómo saber que he
Perdonado Verdaderamente!
Jul 2015 -- Reflexiones
Cristianas – bibliatodo.com
Cuando hay
dos o más personas interactuando e intercambiando ideas, vendrá el momento en
el cual algo sucede y pone a personas en bandos opuestos de una discusión.
En otras
palabras: siempre habrá una necesidad de perdonar y pedir perdón. Sin embargo,
muchas veces pensamos que hemos perdonado, pero de pronto vuelven a aparecer
los sentimientos de enojo…
Entonces,
¿cómo yo sé que perdoné?
Si eres
Cristiano, no tienes opción. HAY que perdonar. En las palabras de C.S. Lewis:
“Ser Cristiano significa perdonar lo inexcusable, porque Dios ha perdonado lo
inexcusable en tí.”
Pedir perdón
es un acto de humildad que debe ser practicado con regularidad.
Si tú eres
quién hizo mal, no debes pensarlo dos veces para pedir perdón. De hecho, dice
la Biblia que si alguien tiene algo en contra de tí (nota que NO dice: “si tú
tienes algo en contra de alguien”), ni siquiera debes ofrendar hasta que
resuelvas ese conflicto (Mateo 5:23-24).
Si tú fuiste
la persona a quién le hicieron mal, debes ir a donde la persona y perdonarlos –
aunque no hayan pedido perdón. Jesús lo hizo (Lucas 23:34) y eso significa que
ese es nuestro estándar; lo mínimo que se espera de nosotros.
Este simple
acto de humillarnos y pedir perdón y/o perdonar, crea el carácter de Cristo en
nosotros.
** Tres
formas de NO perdonar **
Tenemos que
recordar que el propósito de perdonar es restaurar. Si perdonamos a la persona,
pero las cosas se mantienen tensas e iguales que cuando te hirieron, entonces
no has perdonado.
Cuando alguien viene a pedirte perdón, estas
son algunas que ejemplifican lo que NO es perdón:
.- “Perdonar, pero no olvidar.” ==>
Definitivamente olvidar es difícil, pero NO es imposible. De hecho, es como se
supone que sea. Dios perdona Y olvida (Miqueas 7:18-19) y recordemos que él es
nuestro estándar.
.- “Te perdono aqunque sé que no has cambiado
(o no vas a cambiar).” ==> El perdón es una excelente oportunidad para cambiar – y
puede ser un catalizador en ese aspecto – pero no es algo seguro. Recuerda que
Dios nos perdona y se mantiene fiel aunque nosotros no lo hacemos (1 Timoteo
2:13). Además, debemos perdonar sin límites (Mateo 18:21-22).
.-“Te
perdono, pero perdiste mi confianza.” ==> Sencillamente, esto no es
perdonar. Como en la primera, esto implica que no estás dispuesto/a a olvidar y
encontrarás que nada se ha resuelto en tu relación con esa persona – y esto
significa que no se perdonó.
... Entonces,
¿cómo yo sé que he perdonado a alguien?
• Cuando
piensas en esa persona sin pensar cómo hacerla molestar.
Si lo
primero que viene a tu mente cuando piensas en esa persona es “¿cómo puedo
hacerle daño?” y no “¿Qué haría Jesús?,” entonces no has perdonado. Los
rencores inhiben tu propio crecimiento espiritual.
• Cuando no
piensas cosas malas sobre esa persona.
Cuando
puedes ver algunas de las cualidades buenas de esa persona, entonces estás en
camino a la sanidad.
• Cuando
necesitan ayuda y no piensas dos veces (ni tres) en ofrecerla.
Si esa
persona tiene una situación particular y, teniendo los medios para ayudarla, no
lo haces, entonces te falta todavía camino por recorrer antes de llegar al
perdón. Iremos más allá: No digas que eres Cristiano/a, si le niegas a esa
persona el amor de Dios al no ayudarla.
• Cuando
eres feliz porque ellos son felices.
Cuando dejas
de desearles el fracaso, has dado grandes pasos en el perdón. Perdonar
significa dejar de mantener una bitácora de lo que esa persona hace mal.
Es un proceso. Todos llegamos a diferentes velocidades,
pero es importante nunca perder de perspectiva que somos Cristianos – el peso
está en nuestros hombros para demostrar y reciprocar el amor que Dios te ha
desmostrado a tí – aún cuando lo martillaste en aquella cruz.
La Biblia es
explícita en esto:
Si no
perdonamos, no seremos perdonados (Mateo 6:14-15).
Si odias a
tu hermano/a, eres un asesino – y no tendrás entrada al Cielo (1 Juan 3:15).
Veámoslo de
esta manera:
Cuando nos
cortamos, el área de la cortadura y su alrededor se vuelve muy tierna y
sensible. Tocar en algún lugar cerca de la cortadura provoca mucho dolor – y,
¿tocar la cortadura? ¡Ni se diga!
Sin embargo,
cuando la cortadura sana, se forma una cicatriz. Y cuando tocamos la cicatriz,
a penas sentimos algo.
Así es
perdonar. Sabes que has perdonado cuando se puede tocar la herida y, aunque
estás conciente de que se está tocando donde se te hirió, no te vuelve a doler.
PrensaCristiana.org
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