NUESTRO AYUDADOR EN LA ORACIÓN El ESPÍRITU SANTO
1 Tesalonicenses 5:16-19
Uno de los
sentimientos más dolorosos es la soledad. Por supuesto, hay momentos en la vida
cuando la soledad es inevitable. Pero, puesto que Dios ha enviado su Espíritu
para vivir en nosotros, nunca estamos realmente solos. Él está con nosotros y
es accesible cada segundo de cada día. Jesús se refirió al Espíritu Santo como
nuestro Consolador o “Ayudador”.
Pensemos en
las maneras que el Espíritu Santo nos ayuda en la vida de oración. Primero, nos
pone la carga de orar. ¿Alguna vez sintió una fuerte sensación de que
necesitaba pasar tiempo con el Señor? Quizás no estaba seguro de por qué razón.
Era el Espíritu persuadiéndole. Él tiene muchas razones para hacerlo; por
ejemplo, porque sabe que usted necesitará fuerzas para enfrentar una crisis
inminente. O a veces nos anima a confesar un pecado para que nuestra comunión
con el Padre no se vea obstaculizada.
Segundo, el
Espíritu de Dios intercede por nosotros. Hay veces que no sabemos cómo orar,
cuando la tristeza o impotencia nos abruma hasta el punto de que las palabras
no nos salen. Lo único que podemos hacer es llorar. Afortunadamente, el
Espíritu suplicará en representación nuestra, porque Él comprende la
profundidad de nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades, y los traduce
en súplica efectiva de acuerdo con la voluntad del Padre.
Nuestro
Salvador le ama a usted íntimamente, lo suficiente como para morir en su lugar
y enviar un Ayudador para morar en usted. ¡Qué privilegio tan grande! ¿Reconoce
usted su poder y su amor a lo largo del día? Él anhela consolarse, capacitarle
y guiarle en todo momento.
Tomado de:
Encuentro con Jesús -- Oneplace.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario