miércoles, 22 de octubre de 2014

Pero… ¿de que están hablando?

“Pero éste, sabemos de dónde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea”.       Jn 7:27
Esta afirmación se deriva de una gran confusión que había entre los judíos cuando Jesús a la mitad de la fiesta de los tabernáculos, subió a enseñar al templo, arriesgándose, ya que los principales sacerdotes querían prenderle para matarle, sin embargo aunque querían prenderle nadie se atrevía a echarle mano.
Fíjese como las personas llegan muchas veces a afirmar cosas que no saben, temas que no dominan y las dicen porque así lo escucharon, porque no leen, no se preocupan por salir de la ignorancia no son capaces escudriñar las escrituras las cuales fueron realizadas por hombres que fueron inspirados por el Espíritu santo, los cuales tomaron muy en serio el mensaje de Dios. Es por eso que muchas veces escuchamos afirmaciones que uno no se explica de donde salieron, como lo es el caso que se plantea en el verso citado al principio; la afirmación era totalmente falsa porque muchísimos años antes un profeta llamado Miqueas había sido inspirado por Dios para escribir lo siguiente: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor de Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. Miqueas 5:2. Cuando uno no sabe o no conoce acerca de un tema, es mejor ser sincero y decir no sé y así no caeremos en el error de opinar o ensañar lo que no es; aquí vemos como demostraban su ignorancia quienes discutían el tema. En nuestros dias sucede lo mismo, escuchamos cosas como: Dios dice ayúdate que yo te ayudaré, no sé donde lo habrán leído porque la Biblia no lo dice, otros afirman: nadie ha venido del cielo para hablar de lo que allí hay; entonces están haciendo a Jesús mentiroso y así se afirman cosas que no son mas que ignorancia, falta de estudio Bíblico y hasta se han puesto de moda enseñanzas como orar con un vaso de agua al lado, con un poquito de tierra recogida en Jerusalén o de orar tocando un manto para ser sanados; puros engaños, y quienes caen estos engaños son precisamente quienes no leen su Biblia, no la estudian, no escudriñan todos los detalles de lo que leen, no verifican lo que escuchan en los mensajes que llegan a sus oídos; ¡que importante es conocer las Escrituras!, sobre todo en estos tiempos cuando la maldad y el engaño andan galopantes en todas  las esferas de la vida, el enemigo sabe que su tiempo se acaba, que no le queda mucho tiempo y esta trabajando fuertemente para confundir y así alejar al hombre de Dios, para engañar aún si fuere posible a los escogidos (Mt 24:24); Dios nos guarde y nos proteja de ser víctimas del engaño, pero es necesario que estudiemos, que escudriñemos, Pablo decía: “Escudriñadlo todo y retened lo bueno”. Nunca se quede con una duda, revise comentarios, diccionarios, y si no tiene idea de como estudiar algún tema que le parece difícil acuda a sus maestros de escuela dominical, a sus pastores, ancianos de la iglesia, pero es muy importante que esté claro(a) para no caer en engaños o falsas doctrinas que lo que harán es desviarle del camino. 

Vale la pena recordar las palabras del Apóstol Pablo cuando dijo: “Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.    2Tim 3:16-17                                                                                                                                                                                Oscar Molina.         

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