Fue una experiencia… ¡Aterradora!
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir
vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiera a qué hora el ladrón abría de venir,
velaría y no lo dejaría entrar a su casa. Por tanto, también vosotros estad
preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”. Mateo 24:42 al 44.
Hace algunos años, para ser más
específico, el 29 de Julio de 1967 amaneció un día sábado como cualquiera; las
personas se levantaron temprano para ir a sus trabajos, que por lo general se
trabajaba ½ día por ser sábado, los muchachos ya estábamos disfrutando de las
vacaciones del fin de año escolar y como de costumbre en algunas casas se
esperaba el sábado para festejar algún cumpleaños o cualquier otro aniversario,
lo cierto es que había festejo la noche de ese sábado en algunos lugares. Con
respecto a mí, solo contaba con 11 años y me encontraba esa noche con mi padre
viendo un famoso programa de TV en blanco y negro, ni siquiera estaba cerca el
tiempo de la TV a color, estábamos viendo el certamen de miss universo.
Cerca de las 9 pm notamos el
ambiente algo extraño, no se escuchaba el ruido de los insectos y ranitas que
se escuchaban normalmente de noche, solo se escuchaba el audio de la TV pero
nosotros hicimos caso omiso a aquella situación; de repente comenzamos a sentir
que la casa se estremecía con movimientos tan bruscos que casi nos caímos de
las sillas, el ruido de aquel estremecimiento era espantoso, todavía puedo
recordar claramente como mi padre me tomó colgado por el cuello de la camisa
para sacarme de la casa y gritó fuertemente >> está temblando
<< la experiencia fue tan
espantosa, que el solo recordarlo me acelera el corazón. Al día siguiente y en
lo sucesivo pudimos apreciar los destrozos originados por el terremoto de 6,7
grados en la escala de Richter el cual tuvo un tiempo de duración de unos 55
segundos dejando un saldo de 236 muertos, mas de 2000 heridos y unos 10
millones de dólares en pérdidas materiales; nunca nadie se imaginó que a las
9,02 minutos de ese sábado ocurriría una tragedia tan espantosa y que marcaria
las vidas de todos aquellos que fuimos protagonistas de tan aterradora
experiencia.
Es por eso que Jesús nos habla de
la importancia de velar y nos dice que “si el padre de familia supiera a que
hora el ladrón habría de venir, velaría y no dejaría minar su casa”, porque así
como nadie sabe a qué hora vendrá el ladrón, tampoco nadie conoce el día y la
hora en que el Señor regresara, e inclusive, Jesús hace hincapié en el asunto y
afirma que >> el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis <<
o sea cuando usted menos lo imagine; es posible que aquel horrible día del
terremoto algunos estaban bailando, otros en algún otro tipo de diversión,
quizás algunos cansados por las labores del día ya estaban durmiendo y aquel
horrible momento les tomo por sorpresa de manera que muchos de ellos perdieron
la vida o quedaron mutilados; pero para usted que esta leyendo esta reflexión
no tiene que haber una situación igual, Jesús regresará por su iglesia cuando
menos lo imaginemos, pero habrá una gran diferencia y es que estamos velando y
si usted todavía no ha entregado su vida a Jesús, pues, corre el riesgo de
perderse eternamente, la Biblia dice en Apocalipsis
20:15 “Y el que no se halló inscrito en el
libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Créame que no me
agrada escribir palabras tan duras pero es la pura verdad, a diferencia de
aquellos que murieron en aquel terremoto, usted esta siendo avisado(a), de
manera que si no toma la oportunidad que Dios le ofrece no tendrá una excusa
valedera a la hora de presentar cuentas delante del Creador. Dios le ama y es
un amor tan grande que entregó a su Hijo por usted, ningún ser humano ama tanto
como para entregar su hijo para salvar a alguien, Dios fue capaz de hacerlo,
¿se da cuenta cuanto le ama?, reciba el regalo de Dios que es Salvación y Vida
Eterna; usted puede recibir esta bendición, solo reciba a Jesucristo como “su
único y suficiente salvador”; no espere mas, Dios le bendiga y cuando regrese le halle velando.
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por El”. Juan
3:17.
Oscar
Molina.
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