La iglesia debe agradar a Dios
Por Johanna Bates -
La iglesia de Jesucristo es llamada a
ser luz en medio de éste mundo, ser un testimonio vivo del poder de Dios que
salva y transforma la vida del ser humano. Debemos cuidarnos de la religión o
de las actitudes fariseas que condenan a otros, pero no viven lo que dicen;
tampoco debemos seguir la corriente del mundo identificándonos con lo que Dios
no aprueba. Con amor y sabiduría debemos conducirnos en ésta vida…
El apóstol Pablo le dice a la iglesia de Corinto
que debe cambiar su actitud hacia el mundo (2 Corintios 6:14-18).
“No
os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la
justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y
qué concordia Cristo con belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y
qué concierto tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque vosotros sois el
templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos; y seré
su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré
Padre a vosotros, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor
Todopoderoso”
1) Es
lógico concluir que los corintios estaban participando de cosas que a Dios no
le agradaban ni eran consecuentes con su nueva vida en Cristo. En palabras
sencillas Pablo le estaba diciendo: “Dejen de unirse de manera indiscriminada
con los no creyentes”. La palabra “compañerismo” del versículo catorce
significa: “participación asociación”.
La justicia no se asocia con la injusticia; en el
mismo versículo la palabra “comunión” significa relación estrecha, unión. La
luz no tiene una relación estrecha con las tinieblas más bien existe un fuerte
oposición.
2) En
el versículo quince la concordia es acuerdo, armonía, componentes que no
existen entre Cristo y el diablo (belial), la santidad y amor de Jesús no
armonizan con la impureza y maldad de belial; y tampoco existe por tanto
armonía entre el creyente y el incrédulo. Los dos son espiritualmente
incompatibles. La asociación entre creyentes e incrédulos debe limitarse a lo
preciso para la convivencia en sociedad.
3) A
partir del versículo dieciséis Pablo les recuerda a los creyentes que son
templo del Espíritu Santo, y sí en el Antiguo Testamento en tiempos de
apostasía se practicaba idolatría en el templo de Dios ya no debe ser así.
Ahora somos templo del Dios viviente y por tanto él
nos llama con fuerza: “Salid… apartaos… no toquéis lo inmundo…”. Es decir no
participéis de las obras de las tinieblas, no llaméis bueno a lo que ellos
hacen, ni aplaudas sus obras de maldad, más bien acércate a Dios, pues él
dice: “y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis
hijos e hijas dice el Todopoderoso”. Entonces apartarnos de aquello que a Dios
no le agrada fortalece nuestra relación con Dios y nos permite cosechar
abundancia de bendiciones.
Escrito por: Pastor Gonzalo Sanabria.
laespadade2filos.blogspot.com
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